martes, 18 de agosto de 2009

De a como...

¿De a como el re$cate?

“¡He perdido mi gotita de rocío!, dice la flor

al cielo del amanecer, que ha perdido todas

sus estrellas”. (Rabindranath Tagore)

condenarro

Después de tantos años y muchos daños, finalmente el tema del abuso por parte del ser-vicio de “rescate” por parte de instituciones privadas, empresarios de la salud para ser más concretos, paso a formar parte de un asunto importante en Los Cabos. Tuvo que llegar un legajo y una colección de quejas y reclamos por servicios médicos cuyos costos no correspondían a la calidad y servicio que prestan algunas instituciones comerciales de salud, léase hospitales y clínicas privadas, así como la atención, actitud, falta de ética y altísimos precios por parte de las ambulancias que prestan servicio privado, al cuerpo diplomático norteamericano en Tijuana, así como a consulados de ese país en Estados Unidos.

Aproximadamente un mes atrás, el consulado norteamericano en Los Cabos convocó, mediante la Dirección Municipal de Turismo, a una reunión en la que se invitaba a los prestadores de servicios médicos, de rescate y traslado de pacientes privados, en virtud de que se estaba en un punto álgido y a tres milímetros de implantar una alarma de restricción de visita a Los Cabos por asuntos preocupantes, el último y de mayores repercusiones, fue un norteamericano que desafortunadamente murió ahogado en la playa El Médano y fue huésped de conocido hotel. El caso mi es-timada(o) lectora lector y espero que no paciente en vía de subirse a una ambulancia, es que sin mediar palabra, el hotel llama a la ambulancia con la que tiene un convenio para traslado, sin embrago nadie reparó en que se trataba de un cadáver, es decir un muerto por accidente y, si la memoria y la ley no miente, sólo se puede mover un fallecido en vía o área pública una vez el Ministerio público de fe de su fallecimiento y se inicie la averiguación previa respectiva. Y otra nimiedad, sólo las ambulancias de cuerpos de rescate reconocidos (Cruz Roja, Bomberos y/o Protección Civil, en caso de contar con unidades), tienen facultades para recoger cuerpos, con y/o sin vida, de víctimas de accidentes y/o siniestros (NOM-237-SSA1-2004).

Desde que inicié a trabajar en medios de información masiva en Los Cabos, que fue a partir de entonces en que en realidad me sumergí en los asuntos cotidianos que por lo mismo no todos conocemos a profundidad. Uno de ellos y que en realidad es de suma importancia se refiere a los cuerpos de rescate y las ambulancias privadas y los hospitales privados, los servicios y sus precios. La pregunta que se me formó en la mente y que aún nadie ha podido responder de forma real y favorable es sí estos cuestan lo que valen. A decir de los norteamericanos afectados, el costo está muy lejos del valor.

De alguna manera, los servicios de hospitales privados son importantes, más aún en destinos turísticos como Los Cabos, donde el mercado principal es de origen norteamericano y que busca, el menos en sentido médico, la máxima calidad y nunca, hasta donde tengo entendido se han fijado tanto en el precio, cuando la atención, servicio, profesionalismo y resultado son óptimos. En México, los costos de hospitales, medicamentos y atención médica están muy por debajo de los costos en el extranjero, más no así la calidad de ellos, no obstante, y desafortunadamente, hay médicos que al hacer el juramento de Hipócrates lo confunden con hipócritas.

Seamos realistas, los servicios médicos siempre han sido, son y serán un tema complicado. Siempre existirán quejas y elogios, mentadas y festejos, cobros y adeudos. Felices familias y tristes deudos. Naturaleza humana, y más la urbana. En México los servicios médicos sociales, léase IMSS, ISSSTE y Sector Salud se han mantenido bajo el estigma de la falta de recursos, falta de profesionalismo, falta de atención, falta de medicamentos, falta de equipo, en fin, falta de todo. Por otra parte, el mexicano promedio, el que no tiene suficiente dinero para pagar el hospital privado promedio, es decir caro para el común denominador de la clase medias popular que predomina en el país, tienen lo que le falta a los sociales, pero cuestan mucho, principalmente porque todo lo que le falta a los hospitales y clínicas del sector público, cuestan mucho dinero, tanto la adquisición como el mantenimiento y su operación. Obvia decir que el costo se debe trasladar al paciente que impacientemente debe trabajar horas extras para sanar mejor y no asistir tan seguido a esos lugares… hoteles de costos altísimos.

Cerrando el mes de julio, en una salita que para nada pudiera ser de espera de un consultorio, nos arremolinamos unas treinta personas a escuchar a las autoridades hablar y tratar de buscar una solución y establecer un tabulador estándar de precios por servicios médicos y de traslado de pacientes. Existe en Estados Unidos y avalado por la Asociación Americana de Médicos un tabulador que rige a los americanos e incluso de otros países, incluyendo a hospitales mexicanos, En Los Cabos, uno de estos, entre los que se mencionan con más altos costos basa sus tabuladores en este código (http://www.coderscentral.com/cpt.htm) que en inglés se lee Current Procedural Terminology (CPT) y que bien pudiese servir de base a hospitales nacionales, al menos en destinos turísticos de gran afluencia de extranjeros. Sin embargo, el punto neurálgico en el caso que preocupa y ya empieza, finalmente, a ocupar a las autoridades e incluso a uno que otro médico y/o paramédico, es el relacionado con las ambulancias. Las ambulancias privadas y valga la reiteración, únicamente tienen facultades para realizar traslados de paciente, previa solicitud del mismo, los casos de emergencia y/o accidentes, son atendidos exclusivamente por cuerpos de rescate reconocidos y autorizados y únicamente en caso de que estos superen la capacidad de las unidades y personal de estos, se solicita la asistencia de instituciones privadas. Los casos de emergencia, sin importar a que hospital se traslade a algún herido, la institución, privada o no, tiene la obligación y responsabilidad legal de atender, hasta su estabilización del paciente en calidad de peligro, una vez estabilizada su condición de salud, se procede a su canalización de acuerdo a su decisión y/o recur$o$. El costo de la atención urgente puede ser cubierta o no por el paciente. Esto se destaca en la Ley General de Salud, no es invento mío ni de mi insanía mental, que conste en el acta, más son de defunción y si quieren lo pueden incluir en mi futura cédula biométrica.

En fin mi es-timada(o) y espero no accidentado lectora lector, no me queda más remedio que poner más atención cuado ande en vía pública y no sea que de forma accidental me tropiece con las llantas de alguna ambulancia privada y me prive de mi privilegio de seguir como un pobre loco peligroso irreverente, irrelevante, irremediable pero irresistible y real prófugo de la injusticia accidental de que son objeto los pobres para-médicos privados de pacientes accidentados.

“La humanidad, partiendo de la nada y con su sólo esfuerzo, ha llegado a alcanzar las más altas cotas de miseria”. (Groucho Marx)

condenarrp@yahoo.com, condenarro@hotmail.com

condenarro

Loco peligroso, irreverente, irrelevante, irremediable pero irresistible y real prófugo d ela injusticia